Las rupturas sentimentales son complicadas, pero no tienen por qué acabar como el rosario de la aurora. Una guerra en un juicio de divorcio siempre deja mal sabor de boca a todas las partes implicadas. Y para tratar de que este proceso sea lo menos traumático posible, hemos recopilado estos consejos que nos ha dado la experiencia tras tantos años llevando divorcios. ¡Comenzamos!
Los hijos, recuerda que son tus hijos, no una moneda de cambio.
Aunque pueda parecer dura esta afirmación, no son casos esporádicos en los que hemos visto como poco a poco los padres se han metido en un círculo vicioso del que creían que solo podrían salir usando a los hijos como un bien a negociar. La máxima de este recopilatorio es precisamente esta: que el bien de tus hijos y sus intereses -no los tuyos o tu interés en vengarte de tu pareja- está por encima de todo. Así que recuérdalo cuando tengas que decidir los acuerdos de custodia, régimen de visitas o las pensiones.
Busca un asesor que te asesore a ti particularmente.
Aunque la ruptura sea amistosa y parezca que habéis llegado a un consenso en todo casi hasta antes de empezar con los trámites del divorcio, te recomendamos que te asesores de forma individual. Te será más fácil entender tus derechos y obligaciones.
Los arrebatos de impulsividad nunca fueron buenos.
Parece difícil de entender, pero en lo que se refiere estrictamente al trámite del divorcio, no hay culpables, no hay grados de responsabilidad, ni tiene cabida la venganza. Has de recordar que el divorcio es un trámite legal que no requiere causa así que no vas a obtener mejor resultado buscando inocencia o culpabilidad. En cambio, verse envuelto en situaciones de tensión sí que puede ser muy perjudicial, ya que las amenazas, la coacción, la violencia en cualquiera de sus formas, son un delito, y esto sí que puede perjudicarte en un proceso de divorcio. Así que evita todo este tipo de situaciones, da un paseo o charla con un psicólogo si lo necesitas.
Las líneas rojas.
Para que el proceso de acuerdo de divorcio no se alargue, ambos deberíais definir unos mínimos innegociables –reparto de bienes, vivienda, temas relacionados con los hijos…-. Con las cartas sobre la mesa es mucho más fácil negociar. Esto no implica que vayas a obtener todo lo que tú quieras, pero es mucho más probable llegar a un acuerdo y evitar el juicio.
Estos consejos, para evitar un juicio de divorcio, los hemos recopilado desde la experiencia como abogados.
¿Nos cuentas tú los consejos que darías como parte de una separación o divorcio? ¿O desde la visión del familiar, otro gran perjudicado en estos procesos?